QUÍMICO

PROFESOR EN CIENCIAS

LA EDUCACIÓN EN MOMENTOS DE CRISIS Y CONSUMO. Una propuesta docente cognoscitiva alterna.

LA EDUCACIÓN EN MOMENTOS DE CRISIS Y CONSUMO. Una propuesta docente cognoscitiva alterna.



“Cambiar el cerebro, para un mundo mejor y justo”

Ulises Arévalo Bello.

Los actuales escenarios del país en términos de seguridad, educación y mercado no son muy halagadores y se visualiza que éstos escenarios, los llevaremos en los hombros durante mucho tiempo los hombres mexicanos y mujeres mexicanas, lo que implica no un futuro esperanzado, sino más bien desesperanzado y desencantado, matices que heredaremos a nuestros hijos e hijas, si los mexicanos y mexicanas “no demostremos que somos un país verdaderamente inteligente”

Los múltiples problemas que vivimos, unos evidentes que pecan en lo grosero, otros disimulados y enmascarados o camuflajeados, actitud que nos ponen en la mira de todo el mundo y nos refleja ante el exterior como un país sumido completamente en la ignorancia.

Los discursos escuchados, de políticos, empresarios, líderes, educadores, filósofos, científicos mexicanos coinciden en que tenemos la solución en nuestras manos y sin embargo, seguimos actuando con la misma forma, actitud pasiva, simples espectadores de los problemas del mundo, de tu continente, de tu país, de tu estado, de tu comunidad y de tu propia vida, se nos olvida que el mismísimo universo está en continuo movimiento (teoría Big Bang, defendida por el físico teórico Stephen Hawkin y otros escépticos) y que la vida misma está en movimiento, y si aún tenemos dudas observemos a la naturaleza.

Afortunadamente, escuché por primera vez un discurso de un político y no de un educador, que “la educación, es la única vía de desarrollo intelectual y material de un país, que nos permitiría resolver muchos de los problemas y del conflicto existencial de uno mismo”

Con lo anterior, establecí conexiones con otras ideas de psicólogos y educadores contemporáneos, además, con mi propia práctica.

El concepto inteligencia, me dice por ejemplo Howard Gardner, autor de la teoría de Las inteligencias múltiples “Inteligencia, es el potencial biopsicológico que tiene el cerebro y la mente que no es lo mismo, para resolver problemas o para hacer cosas valiosas para la cultura o tu comunidad”

Daniel Goleman, en su libro Inteligencia emocional, dice: la cognición y las emociones no son dos cosas separadas, es la misma área cerebral, enseñar al individuo desde temprano hasta la universidad, habilidades sociales y emocionales es muy eficaz, los vuelve más cívicos, mucho mejores estudiantes; enseñar a los individuos a gestionar mejor sus emociones, significa que pueden aprender mejor.

Daniel Goleman define a la inteligencia como “La capacidad que tiene un individuo para controlar sus emociones, que redituará en el éxito en la resolución de los problemas que afronte”

En su propuesta actual en su libro Inteligencia ecológica, menciona que en las próximas décadas las personas se enfrentarán a nuevos formas de afrontar su vida, modificar sus conductas, adquirir nuevos aprendizajes y desarrollar su inteligencia, ya que actualmente “la mayoría de las personas tienen un cerebro ignorante del mundo moderno”. Partiendo con lo anterior, en la actualidad existen muchos productos tóxicos para el ambiente y la salud, ignorando su composición química y su impacto en la naturaleza. Una persona inteligente será aquella que sea capaz de utilizar la tecnología disruptiva, que significa, una cultura de compra_consumo_desecho, es decir, la decisión de “qué compras” ya que existirán productos con cierto grado de impacto en el ambiente y la salud marcado en las etiquetas, que obligará a los productores a mejorar constantemente sus productos, favoreciendo la competitividad empresarial.

Después del trabajo de campo desarrollado durante un lapso de tiempo y en un grupo experimental de 50 personas de 14 a 18 años, donde se buscó mejorar la inteligencia, el control de las emociones, coherente al marco teórico.

1.- Las personas mejoraron en sus propias conductas, siendo más evidente el relacionado con el significado de vida.

2.- Mejoraron en la responsabilidad y en la calidad de sus trabajos escolares.

3.- Muestran más grado de reflexión y madurez acorde a su edad.

4.- Las relaciones inter e intrapersonales mejoraron sustancialmente.

5.- La relación profesor-alumno mejoró sustancialmente.

NO TE RINDAS..3

NO TE RINDAS..2

NO TE RINDAS..1

FALDAS BIEN PUESTAS. DENISE DRESSER

DANIEL GOLEMAN. DE LA INTELIGENCIA EMOCIONAL A LA INTELIGENCIA ECOLÓGICA


Daniel Goleman: Aprendizaje emocional
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LA CIUDAD DE LAS IDEAS. HOWARD GARDNER

LA CIUDAD DE LAS IDEAS 2008. LAWRENCE M. KRAUSS. NO TE CREAS TODO LO QUE PIENSAS

LA CIUDAD DE LAS IDEAS 2008. ROBERT SAPOLSKY

LA CIUDAD DE LAS IDEAS. 2009. RE- EVOLUCIÓN

LA ROSA NEGRA

CREACIÓN CON DIOS O SIN ÉL, ESA ES LA CUESTIÓN

El misterio del ser

Cada uno de nosotros existe durante un tiempo muy breve, y en dicho intervalo tan sólo explora una parte diminuta del conjunto del universo.

Pero los humanos somos una especie marcada por la curiosidad. Nos preguntamos, buscamos respuestas. Viviendo en este vasto mundo, que a veces es amable y a veces cruel, y contemplando la inmensidad del firmamento encima de nosotros, nos hemos hecho siempre una multitud de preguntas.

¿Cómo podemos comprender el mundo en que nos hallamos?

¿Cómo se comporta el universo? ¿Cuál es la naturaleza de la realidad? ¿De dónde viene todo lo que nos rodea? ¿Necesitó el universo un Creador? La mayoría de nosotros no pasa la mayor parte de su tiempo preocupándose por esas cuestiones, pero casi todos nos preocupamos por ellas en algún instante.

Tradicionalmente, ésas son cuestiones para la filosofía, pero la filosofía ha muerto. La filosofía no se ha mantenido al corriente de los desarrollos modernos de la ciencia, en particular de la física. Los científicos se han convertido en los portadores de la antorcha del descubrimiento en nuestra búsqueda de conocimiento. El objetivo de este libro es proporcionar las respuestas sugeridas por los descubrimientos y los progresos teóricos recientes, que nos conducen a una nueva imagen del universo y de nuestro lugar en él, muy diferente de la tradicional, e incluso de la imagen que nos habíamos formado hace tan sólo una o dos décadas. Aun así, los primeros bosquejos de esos nuevos conceptos se remontan a hace casi un siglo.

Según la concepción tradicional del universo, los objetos se mueven a lo largo de caminos bien definidos y tienen historias bien definidas. Podemos especificar sus posiciones precisas en cada instante. Aunque esa descripción es suficientemente satisfactoria para los propósitos cotidianos, se descubrió en la década de 1920 que esta imagen «clásica» no podía describir el comportamiento aparentemente extraño observado a escalas atómica y subatómica de la existencia. Fue necesario adoptar, en su lugar, un marco diferente, denominado física cuántica. Las teorías cuánticas han resultado ser notablemente precisas en la predicción de acontecimientos a dichas escalas, y también reproducen las predicciones de las viejas teorías clásicas cuando son aplicadas al mundo macroscópico de la vida corriente. Pero la física clásica y la cuántica están basadas en concepciones de la realidad física muy diferentes.

Las teorías cuánticas pueden ser formuladas de muchas maneras diferentes, pero la descripción probablemente más intuitiva fue elaborada por Richard (Dick) Feynman (1918-1988), todo un personaje, que trabajó en el Instituto Tecnológico de California y que tocaba los bongos en una sala de fiestas de carretera. Según Feynman, un sistema no tiene una sola historia, sino todas las historias posibles. Cuando profundicemos en las respuestas, explicaremos la formulación de Feynman con detalle y la utilizaremos para explorar la idea de que el propio universo no tiene una sola historia, ni tan siquiera una existencia independiente. Eso parece una idea radical, incluso a muchos físicos. En efecto, como muchas otras nociones de la ciencia actual, parece violar el sentido común. Pero el sentido común está basado en la experiencia cotidiana y no en el universo tal como nos lo revelan las maravillas tecnológicas que nos permiten observar la profundidad de los átomos o el universo primitivo.

Hasta la llegada de la física moderna se acostumbraba a pensar que todo el conocimiento sobre el mundo podría ser obtenido mediante observación directa, y que las cosas son lo que parecen, tal como las percibimos a través de los sentidos. Pero los éxitos espectaculares de la física moderna, que está basada en conceptos, como por ejemplo los de Feynman, que chocan con la experiencia cotidiana, han demostrado que no es así. Por lo tanto, la visión ingenua de la realidad no es compatible con la física moderna. Para tratar con esas paradojas, adoptaremos una posición que denominamos «realismo dependiente del modelo», basada en la idea de que nuestros cerebros interpretan los datos de los órganos sensoriales elaborando un modelo del mundo. Cuando el modelo explica satisfactoriamente los acontecimientos tendemos a atribuirle, a él y a los elementos y conceptos que lo integran, la calidad de realidad o verdad absoluta. Pero podría haber otras maneras de construir un modelo de la misma situación física, empleando en cada una de ellas conceptos y elementos fundamentales diferentes. Si dos de esas teorías o modelos predicen con exactitud los mismos acontecimientos, no podemos decir que uno sea más real que el otro, y somos libres para utilizar el modelo que nos resulte más conveniente.

En la historia de la ciencia hemos ido descubriendo una serie de teorías o modelos cada vez mejores, desde Platón a la teoría clásica de Newton y a las modernas teorías cuánticas. Resulta natural preguntarse si esta serie llegará finalmente a un punto definitivo, una teoría última del universo que incluya todas las fuerzas y prediga cada una de las observaciones que podamos hacer o si, por el contrario, continuaremos descubriendo teorías cada vez mejores, pero nunca una teoría definitiva que ya no pueda ser mejorada.

Por el momento, carecemos de respuesta a esta pregunta, pero conocemos una candidata a teoría última de todo, si realmente existe tal teoría, denominada teoría M. La teoría M es el único modelo que posee todas las propiedades que creemos debería poseer la teoría final, y es la teoría sobre la cual basaremos la mayor parte de las reflexiones ulteriores.

La teoría M no es una teoría en el sentido habitual del término, sino toda una familia de teorías distintas, cada una de las cuales proporciona una buena descripción de las observaciones pero sólo en un cierto dominio de situaciones físicas. Viene a ser como un mapamundi: como es bien sabido, no podemos representar la superficie de toda la Tierra en un solo mapa. La proyección Mercator utilizada habitualmente en los mapamundis hace que las regiones del mundo parezcan tener áreas cada vez mayores a medida que se aproximan al norte y al sur, y no cubre los polos Norte o Sur. Para representar fielmente toda la Tierra se debe utilizar una colección de mapas, cada uno de los cuales cubre una región limitada. Los mapas se solapan entre sí y, donde lo hacen, muestran el mismo paisaje. La teoría M es parecida a eso.

Las diferentes teorías que constituyen la familia de la teoría M pueden parecer muy diferentes, pero todas ellas pueden ser consi-deradas como aspectos de la misma teoría subyacente. Son versiones de la teoría aplicables tan sólo en dominios limitados, por ejemplo cuando ciertas magnitudes como la energía son pequeñas.

Tal como ocurre con los mapas que se solapan en una proyección Mercator, allí donde los dominios de validez de las diferentes teorías se solapan, éstas predicen los mismos fenómenos. Pero así como no hay ningún mapa plano que represente bien el conjunto de la superficie terrestre, tampoco hay una teoría que proporcione por sí sola una buena representación de las observaciones físicas en todas las situaciones.

Describiremos cómo la teoría M puede ofrecer respuestas a la pregunta de la creación. Según las predicciones de la teoría M, nuestro universo no es el único, sino que muchísimos otros uniuniverso necesitemos una serie de teorías que se solapen entre sí, tal como necesitamos mapas que se solapen para representar la Tierra.

Su creación, sin embargo, no requiere la intervención de ningún Dios o Ser Sobrenatural, sino que dicha multitud de universos surge naturalmente de la ley física: son una predicción científica. Cada universo tiene muchas historias posibles y muchos estados posibles en instantes posteriores, es decir, en instantes como el actual, transcurrido mucho tiempo desde su creación. La mayoría de tales estados será muy diferente del universo que observamos y resultará inadecuada para la existencia de cualquier forma de vida. Sólo unos pocos de ellos permitirían la existencia de criaturas como nosotros. Así pues, nuestra presencia selecciona de este vasto conjunto sólo aquellos universos que son compatibles con nuestra existencia. Aunque somos pequeños e insignificantes a escala cósmica, ello nos hace en un cierto sentido señores de la creación.

Para comprender el universo al nivel más profundo, necesitamos saber no tan sólo cómo se comporta el universo, sino también por qué.

¿Por qué hay algo en lugar de no haber nada?

¿Por qué existimos?

¿Por qué este conjunto particular de leyes y no otro?

¿TIENE EL UNIVERSO UN PROPÓSITO? OPINIÓN DE STEPHEN HAWKING

El último libro de Stephen Hawking, "El Gran Diseño", que sale a la venta esta semana en castellano, plantea que "no hace falta un Dios para la creación del Universo", sino que surgiría de leyes físicas con distintos universos que aparecerían como fluctuaciones cuánticas espontáneas de un vacío primordial.

La mayoría de esos universos sería de tamaño microscópico y de duración inferior a la billonésima de segundo, con leyes físicas diferentes a las del Universo, según expone Hawking en esta obra editada en castellano por Crítica, y que en breve se publicará también en catalán.

"El hecho de que nuestro Universo parezca milagrosamente ajustado en sus leyes físicas, para que pueda haber vida, no sería una demostración concluyente de que el Universo ha sido creado por Dios con la intención de que la vida exista, sino que sería resultado del azar".

Así lo ha explicado a Efe el traductor de esta obra, el catedrático de Física de la Materia Condensada David Jou, de la Universidad Autónoma de Barcelona, para quien el último libro de Hawking es científicamente "apasionante" pese a que discrepa respecto a algunas de sus conclusiones.

Por ejemplo, Jou opina que las conclusiones de Hawking sobre la no existencia de Dios son "precipitadas", ya que se basan en "teorías provisionales", y añade que la ciencia es "neutra" sobre la existencia de Dios y otros problemas metafísicos.

Hace 22 años, en su libro "Breve historia del tiempo", Hawking veía en la racionalidad de las leyes cósmicas una "mente de Dios" y pensaba en un universo único regido por dicha "mente".

Hawking cree ahora que las propias leyes físicas producen los universos, sin necesidad de que un Dios exterior a ellas "prenda fuego" a las ecuaciones y haga que sus soluciones matemáticas adquieran existencia material.

Así, aquella "mente que regía nuestro mundo" se pierde en la lejanía de esa multiplicidad cósmica, según el traductor de este libro.

Hawking admite la existencia de las ecuaciones como fundamento de la realidad, pero desestima preguntarse si tales ecuaciones podrían ser obra de un Dios que las superara y que trascendiera todos los universos.

Según Jou, si el lector toma al pie de la letra el libro de Hawking en el aspecto metafísico, en vez de creer en la existencia de Dios habría de hacerlo en "dimensiones ocultas, partículas todavía no observadas, universos no observables y teorías matemáticas muy complejas aún no corroboradas experimentalmente, y que, a su vez, serán superadas por teorías futuras".

Así, añade el experto, el hombre, la sociedad, no necesitaría creer menos ahora, sino "creer en más cosas" al menos por el momento.

Continúa diciendo que todavía se ignora de qué está constituido el 95 por ciento del contenido del Universo (formado por materia oscura y energía oscura, cuya esencia se desconoce), y por ello, parece precipitado sacar consecuencias definitivas sobre Dios a partir de las teorías actuales.

Un Dios entendido según la religión "estaría más allá del espacio y del tiempo que forman la base de las ecuaciones humanas", advierte.

Por otro lado, Hawking afirma en el inicio de su libro que "la filosofía ha muerto", afirmación que el traductor no comparte, ya que cree que la filosofía sigue recordando que "la razón humana es más amplia que la razón científica".

Pese a todo esto, Jou opina que las menciones de Hawking a Dios son una muestra de la pasión con que el científico ha vivido siempre la física, como un gran reto vital para encontrar lo más profundo de las raíces de la realidad.

Si Dios representa para muchos tal raíz, para Hawking lo son las ecuaciones, a cuya formulación ha dedicado tan brillantemente su vida.

LA CIUDAD DE LAS IDEAS. 2010. ¿TIENE EL UNIVERSO UN PROPÓSITO?

LA CIUDAD DE LAS IDEAS 2010. ¿TIENE EL UNIVERSO UN PROPÓSITO?

Debate llevado a cabo en la ciudad de Puebla en el año 2010, en el que intervinieron filósofos contemporáneos del mundo. debaten argumentos teístas  como ateístas sobre el tema.

 En los próximos 100 años difícilmente se tendrá una teoría racional que demuestre si el universo tiene o no un propósito, afirmó el reconocido científico y futurólogo, Michio Kaku, en el último día de actividades de la Ciudad de las Ideas.

Al participar en el debate sobre ese tema, entre científicos e investigadores teísta y ateístas considerados "mentes brillantes" del mundo, sostuvo que esa polémica seguirá por toda la eternidad sin fundamentos.

En el encuentro, organizado por Poder Cívico que preside Andrés Roemer, Michio Kaku, autor del libro "Física de lo imposible", en el que demuestra que los hechos científicos han superado a la ciencia ficción, dijo que las dos posturas son equivocadas, porque "no puedo ver a Dios en una ecuación, pero no puedo decir que no exista".

En el encuentro, que se lleva a cabo en el Complejo Cultural Universitario de la Universidad Autónoma de Puebla, el físico Kaku mantuvo su postura que lo puso en medio del debate entre los defensores de que el universo sí tiene un propósito, y quienes aseguran que no lo tiene, y donde la única coincidencia fue que cada persona sí tiene un propósito.

En defensa de que hubo un creador del universo se pronunciaron el filosofo Douglas Gaivett, el investigador William Lane Craig, y David Wolpe, nombrado el rabino de Púlpito Número uno en los Estados Unidos.

Wolpe sostuvo que un Dios creó el universo y ese misterio nunca se podrá dilucidar, porque fue hecho por un ser supremo.

Contra esas posturas, el científico Matt Ridley señaló que muy pocos aspectos de la naturaleza humana, si los hubiera, se pueden comprender desligados del sexo, ya que la naturaleza humana es producto de la evolución, y el motor de esa evolución es específicamente la replica sexual.

Mientras que Michael Shermer, uno de los principales portavoces en favor del tratamiento científico racional de las cuestiones de la fe y lo desconocido, sostuvo que el universo no tiene un propósito, sólo son estrellas e invitó a los creyentes en pensar en un momento que no existe un Dios, para que vean que la vida tendrá el mismo significado.

El revolucionario de diversas investigaciones sobre el gen, Richard Dawkins, dijo que la expresión física de la información genética no se limita al cuerpo de un organismo, sino que pueden extenderse al ambiente que los organismos crean.